Normas de los Coffeeshops en Amsterdam

 

Los Coffeeshops son locales donde se pueden comprar y consumir sustancias que no son legales fuera de Holanda, aunque tampoco está bien visto su consumo en lugares públicos dentro del país. Las principales ventas de estos locales son la marihuana y derivados (como el hachís), ciertos tipos de hongos alucinógenos y una gran variedad de infusiones, bebidas alcohólicas y distintos tipos de café. Por otra parte, también se venden accesorios para el consumo de marihuana, como pueden ser el papel de fumar, librillos de cartulina para filtros y una gran cantidad y variedad de pipas.

Los coffeshops son mucho más comunes en Ámsterdam que en el resto de ciudades holandesas, y cuentan con sus propias normativas como por ejemplo la obligatoriedad de consumir si queremos permanecer en su interior, aunque se permite que cada cliente lleve su propio «material». En los últimos años han pasado de ser simples lugares de consumo a convertirse en centros de ocio, con proyecciones audiovisuales y la incorporación de Internet en muchos de ellos.

El origen de estos locales se remonta a más de 4 décadas, tiempo en que el movimiento hippie estaba en auge, y en que grupos de personas se reunían para consumir marihuana. Con el paso de los años esta práctica se fue convirtiendo en una actividad comercial respaldada por la ley. El primero de los coffeshop de Holanda estaba situado en el canal Oudegratch de Utrecht, en el número 327, y aun hoy en día sigue activo. Holly Hasenbos fue su fundador y uno de los más fervientes defensores de la legalización de la marihuana. En Ámsterdam sin embargo el más antiguo es el Mellow Yellow, aunque curiosamente la denominación de coffeshop proviene de locales posteriores, que decidieron incluir el café entre los productos a la venta.

La normativa de los Coffeeshops está orientada a un consumo responsable por parte de ciudadanos mayores de edad, por lo que es obligatorio presentar el DNI para confirmarlo. También está prohibido tanto el consumo como la venta de sustancias más «duras», como por ejemplo la cocaína o la heroína. La venta en la calle está penada por la ley y no se permite en el interior de estos locales el comportamiento violento, además, se limita la venta por persona a 5 gramos, para prevenir posibles daños o alimentar dependencias. Otra normativa impide que en el interior de cada coffeeshop se puedan almacenar más de 500 gramos de cada sustancia.

Por supuesto, se recomienda no tratar de sacar estas sustancias del país, ya que sólo son legales en Holanda y hace tiempo que se habla de regular la normativa para que sólo los ciudadanos holandeses puedan acceder a ellos.



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