Beurs van Berlage, arte y economía amigas para siempre

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Durante  la llamada «Edad de Oro», Ámsterdam fue la primera ciudad del mundo en crear un lugar fijo para las transacciones, operaciones de bolsa y comercio de acciones; de hecho, las primeras acciones en ser negociadas fueron las de la Compañía de las Indias Orientales Holandesas (Verenigde Oost-Indische Compagnie, su sigla COV), precisamente en el edificio construido en 1611.

Trescientos años más tarde, en 1903, se construyó la tercera Bolsa de Amsterdam, el Beurs van Berlage, un edificio que hoy en día es considerado como el que inauguró la era de la arquitectura holandesa moderna.

Aunque fue una obra muy criticada en su momento, combina arquitectura con artes como la pintura, la escultura y la poesía, obras de artistas como Albert Verwey, Jan Toorop, Richard Roland Holst, Zijl Lambertus, Derkinderen Antoon y José Mendes da Costa, que compartían un punto de visa idealista respecto de la sociedad, con temas como la liberación de la mujer, el trabajo y el hombre, el mercado, la especulación y la codicia.

Pero lo que más caracteriza al edificio es su arquitectura: el exterior con partes lisas y rugosas y la masa de ladrillos simbolizan a los trabajadores y el pueblo, según el histórico lema de Ámsterdam: «unidad en la multiplicidad». El significado es que un solo ladrillo, es decir una sola persona, es casi insignificante, pero la sociedad es decir el conjunto de ladrillos, es una fuerza considerable.

Desde ya que quienes operaban en la Bolsa de Ámsterdam no estaban muy contentos con todo este simbolismo, pero el arquitecto que diseñó el edificio, estaba convencido de que en algún momento el arte, la economía y la sociedad estarían por fin unidos.

Como si ese sueño pudiera hacerse realidad, desde 1985 el edificio de la Bolsa es un verdadero palacio de conciertos, exposiciones, conferencias, eventos, conferencias y actos culturales.

El Edificio de la Bolsa se encuentra en Damrak 277, en pleno centro de Ámsterdam, y es muy fácil llegar a pie o en bicicleta; la entrada principal está debajo de la gran torre del reloj. Se encuentra abierto todos los días en los horarios de los eventos y exhibiciones. Los visitantes no querrán dejar el lugar sin pasar por su café, que abre de lunes a sábados de 10 a 18h. y los domingos de 11 a 18h. Fue diseñado por Marc Ruigrok; brinda un espacio contemporáneo que contrasta con los monumentales frescos de Jan Toorop, y sus ventanas acristaladas permiten encantadoras vistas de la Beursplein y la Bolsa de comercio.

Foto vía: Google Maps



Categorias: Museos de Amsterdam


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