Islas artificiales en el centro de Ámsterdam

prinseneiland

Aunque la ciudad de Ámsterdam es en realidad un conjunto de 90 islas enlazadas por cientos de canales (de hecho se considera que Ámsterdam tiene más canales que Venecia y más puentes que París), hay un conjunto de islas artificiales que fueron creadas en distintas épocas y son un testimonio vivo de la evolución de la ciudad.

Las islas del oeste: se encuentran al oeste de la Estación Central, al otro lado de la avenida Haarlemmer Houttuinen; son las islas Prinseneiland, unida al continente por uno de los ocho puentes levadizos de madera sobre los canales de la ciudad de Ámsterdam, Bickerseiland y Realeneiland, surgida como residencia de los pescadores de arenque de la ciudad.

Las dos primeras fueron diseñadas en 1671 por Antonides van der Goes y construidas para acoger a los grandes astilleros navales. Ideales para un paseo por la tarde y para observar discretamente algunos interiores lujosos, son un pequeño mundo que actualmente es elegido por muchas compañías de filmación por sus curiosos escenarios. De los novecientos almacenes que había en la ciudad de Ámsterdam, ¡cien estaban en la isla de Prinseneiland!

Sin embargo casi nadie vivía aquí hasta después de la Segunda Guerra mundial, cuando el barrio fue descubierto por artistas e intelectuales y estos almacenes ahora están habitados por mucha gente que los ha convertido en un espacio ideal para vivir y trabajar.

Bickerseiland y Realeneiland fueron construidas por dos comerciantes dedicados a los productos del Caribe, la Berbería y el Levante, en las primeras décadas del siglo XVII: Jan Bicker y Reyner Reael. Están envueltas en leyendas e historias curiosas; por ejemplo, se cuenta que las viviendas de las orillas de la isla Realeneiland fueron ofrecidas a carpinteros, quienes durante los primeros doce años, no tenían que pagar alquiler, pero a cambio debían entregar un barco. Aquí se instalaron grandes compañías y se construyeron residencias de las cuales trece han llegado hasta nuestros días.

Las cuatro islas del este: Java, KNSM, Borneo y Sporengurb. Valen la pena una visita. Fueron construidas para paliar las necesidades de vivienda, ya que se crearon alrededor de 10.000 nuevas viviendas. Sporenburg y Borneo son elegidas por familias pequeñas de ingresos medios; su arquitectura se caracteriza por la repetición y la densidad; KNSM en cambio se destaca por sus edificios impresionantes y majestuosos.

Oostelijke Handelskade, próxima a la estación y que puede transformarse en el nuevo centro cultural de la ciudad, con salas de concierto, hoteles y restaurantes. Al igual que en  las otras islas, aquí se ubicaron grandes almacenes y los nombres de las calles anuncian los productos que se acumulaban en las grandes barracas: arenques, tabaco, vinos, sal, anchoas, pieles…

Si os alojáis en Ámsterdam, es muy fácil llegar a las islas con el transporte público o a pie, ya que se encuentran en el centro de la ciudad.

Foto vía: Wiki Commons



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